Hace unos días llegó a nuestra página web esta pregunta.
No creo que sea aburrido vivir en un seminario. Un seminario es como una auténtica y gran familia. Somos muchos y hay mucho trabajo que hacer por lo que no hay tiempo de caer en el aburrimiento. Tal vez hay un peligro que es caer en una monotonía y en un aburrimiento negativo. La vida del seminario está marcada por un horario, por una rutina en el sentido de que marca una ruta. La vida del seminario está determinada por los momentos de oración litúrgica y de oración personal junto con los momentos de estudio, tanto en las clases como en los momentos de estudio personal.
El seminario cuenta no sólo con espacios dentro del horario sino también con instalaciones y posibilidades para disfrutar de actividades lúdicas (cine, televisión, deporte, tertulias…). Por todo ello, puedo afirmar que no es aburrido vivir en un seminario.
P. V. (Seminarista)